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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 92

Los efectos de la ley

ARTÍCULO 2

 

¿Consisten los efectos de la ley en mandar, prohibir, permitir y castigar?

 

 

Objeciones por las que no parece acertado decir que los actos de la ley son «mandar, prohibir, permitir y castigar».

 

1. Según el Jurisconsulto, toda ley es un precepto general. Pero mandar es lo mismo que preceptuar. Luego sobran los otros tres actos.

 

2. Como ya dijimos, la ley tiene como efecto inducir a los súbditos al bien. Mas el consejo induce a un bien mayor que el mandato. Luego es más propio de la ley aconsejar que mandar.

 

3. Así como el hombre es inducido al bien por el castigo, también lo es por el premio. Por tanto, lo mismo que entre los efectos de la ley se pone el de castigar, también se debe contar el de premiar.

 

4. La intención del legislador, según dijimos, es la de hacer buenos a los hombres. Mas el que obedece las leyes sólo únicamente por temor al castigo no es bueno, pues dice San Agustín que por temor servil, que es el miedo al castigo, aunque se haga algo bueno, nada se hace bien. Luego no parece que sea propio de la ley castigar.

 

Contra esto: Está lo que San Isidoro dice en V Etymol.: Toda ley, o permite algo, por ejemplo, que el varón valeroso reclame una recompensa; o prohíbe algo, por ejemplo, pedir en matrimonio a una virgen consagrada; o castiga, por ejemplo, condenando a muerte al asesino.

 

Solución: Así como la enunciación es un dictamen de la razón en forma enunciativa, así la ley lo es en forma preceptiva. Por otra parte es propio de la razón conducirnos a una cosa a partir de otra. Y así, como en las ciencias demostrativas la razón nos induce a aceptar una conclusión en virtud de los principios, así también nos induce a admitir los preceptos de la ley en virtud de algo.

Ahora bien, los preceptos de la ley versan sobre los actos humanos, de los cuales la ley es guía, según ya vimos. Pero hay tres categorías de actos humanos. Los hay, como vimos anteriormente, buenos por naturaleza, como los actos de las virtudes, respecto de los cuales se asigna a la ley el acto de prescribir o mandar, pues la ley manda cumplir todos los actos de las virtudes, según se dice en V Ethic. Hay otros actos malos por naturaleza, como los actos de los viciosos, respecto de los cuales corresponde a la ley prohibir. Otros, en fin, son indiferentes por naturaleza, y respecto de ellos toca a la ley permitir. Y pueden llamarse también indiferentes todos aquellos actos que no son ni muy buenos ni muy malos. Finalmente, aquello por lo que la ley induce a que se la obedezca, es el temor al castigo y, en cuanto a esto, da lugar al efecto de la ley consistente en castigar.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. Dejar de hacer el mal es, en cierta manera, un bien. Por eso la prohibición tiene cierto carácter de precepto. Y de ahí que, tomando el término precepto en sentido amplio, toda ley pueda llamarse precepto.

 

2. El aconsejar no es un acto propio de la ley, sino que puede corresponder también a una persona particular, a la que no compete dictar leyes. El Apóstol, al dar un consejo en 1 Cor 7, añade: Y esto lo digo yo, no el Señor. Por eso el consejo no se cuenta entre los efectos de la ley.

 

3. También premiar puede hacerlo cualquiera, mientras que castigar no pertenece sino al ministro de la ley, con cuya autoridad se impone la pena. De aquí que el premiar no figure entre los actos de la ley, sino sólo el castigar.

 

4. Cuando uno se va acostumbrando a evitar las malas acciones y a practicar las buenas por temor al castigo, acaba a veces haciéndolo con gusto y voluntariamente, Y de este modo, también castigando coopera la ley a que los hombres sean buenos.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva